Hablemos de la inspiración. Esa cosa existe, si queremos llamarla así. Es cierto que sirve de bien poco como no tengas nada más para desarrollar el golpe avasallador de la "idea genial", pero existe.
La inspiración es algo incómodo en ocasiones, al menos la mía, porque a mí me inspira casi todo: cualquier serie-peli-anuncio-catálogo del Eroski me provoca ideas peregrinas. Por no hablar de cuando estoy hablando con alguien y alguna palabra me hace imaginarme una posible historia...
Mis neuronas son como un tío al que le gustan todas, siempre están tiesas.
A veces es una simple idea sobre lo que estoy haciendo en ese momento, un diálogo, una nueva escena, pero otras... otras, da miedo. Es lo que yo llamo un "flash".
Los "flash" pueden sobrevenirme en cualquier momento o lugar y dejarme patidifusa y con cara de lela (no descarto que incluso babee). Son fogonazos de imágenes en mi cabeza en las que puede suceder cualquier cosa y no siempre están relacionados con lo que escribo en ese momento (sería útil, pero no tengo tanta suerte). Generalmente son escenas concretas vistas como en una película, diálogos incluídos, que se graban a fuego en mi cabeza y no se me olvidan a pesar del tiempo. Los recuerdo todos. Cuando ha pasado voy y hago un resumen de la escena en mi cuaderno y rezo por que me sea útil en algún momento.
¿Es eso inspiración o tengo un problema mental?
En todo caso, como he dicho antes, la inspiración no lo es todo. ¿De qué sirve tener ideas todo el tiempo si luego no sabes desarrollarlas?
Hablaremos de eso otro día.
Nota mental: comparar mis neuronas con el miembro de un tío salido igual no es una imagen muy bonita, pero quién dijo que fuera una dama...
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