domingo, 21 de septiembre de 2014

SOBRE... ¿CAMBIAR EL CHIP?

Lo pongo entre signos de interrogación porque es algo sobre lo que dudo. 
Yo tengo claro que para mí no cambia nada. Al fin y al cabo, no ha cambiado desde enero, que es desde que sé que iba a publicar con Ediciones B, o desde mayo, que fue cuando firmé el segundo contrato, esta vez con Harlequin. Escribo igual, trabajo igual, hablo igual, me muevo igual, Alain y yo seguimos pensando distinto sobre casi todo...
Sin embargo, tengo la sensación de que sí ha cambiado, o lo hará para algunos, una vez que sea "oficial".
Igual es una paranoia mía, o una sensación, y ojalá lo sea, porque me parece absurdo que la percepción hacia mis historias cambie solo por tener una editorial detrás, pero así es. 

Ni las historias son mejores, ni la autora es distinta. Cuando se escribieron se hizo como con todas las demás, como se han hecho las nuevas, sin pensar en su destino. A mí me da igual que sean de Amazon, como si las publica Rita la Cantaora. Todas se han hecho exactamente igual y con el mismo objetivo: que yo me lo pasara bomba haciendo sufrir a Alain.

Así que, si alguien cree que se me han subido los humos y me voy a convertir en una diva... ¡¡le tiro la grapadora!! Si no se me sube el pavo por ser tan guapa y tener este tipazo, no se me va a subir por eso, amos hombreeee...

Nota mental: Alain está convulsionando ahora mismo...

miércoles, 10 de septiembre de 2014

SOBRE ESCRIBIR, PUBLICAR, Y OTROS SUCESOS PARANORMALES

En estos últimos tiempos de crisis, no solo monetaria, sino editorial, Amazon fue la oportunidad para mucha gente que escribía en sus ratos libres y cuyo sueño era, cómo no, llegar a ver su libro publicado por una editorial "de las de verdad". Llegaron, cayeron en gracia, vendieron y, por lo que sea, tras varias negativas, de pronto... ¡sorpresa! fueron fichados, sus novelas compradas, y sus libros finalmente publicados. Aunque no era mi sueño a pesar de escribir desde hace muchos años, es lo que me ha ocurrido a mí, así que supongo que puedo considerarme parte de este asunto y hablar de ello con propiedad. 
Mientras tanto, había gente que lo conseguía a la manera tradicional, sin este paso previo. Supongo que agente por medio o no, mandaron sus manuscritos a editoriales, pasaron por el filtro adecuado y sus libros fueron publicados.

Aunque parezca absurdo, hay gente que considera a estos dos tipos de autores de forma distinta. Y no, no son los lectores, que muchas veces no saben ni cómo llega la historia a sus manos, sino que son los propios autores los que hacen la diferencia, como si el hecho de haber autopublicado y haber fichado "solo" por haber sido superventas antes fuera una especie de estigma. De hecho, ni siquiera se considera que su obra pueda tener calidad (quién sabe, igual la tiene. Digo yo que alguna medio decente habrá).

En todo caso, esta entrada no trata de medir la calidad de las novelas ni los autores autopublicados ni de editorial, sino de las diferencias entre ellos. 
Yo siempre he pensado que, en todo esto de la literatura, deberíamos ser más como los lectores: fijémonos en la historia, que es lo importante. A un lector le da igual cómo llega a sus manos, si es de la editorial A, B o C, si es de alguien que la sacó por su cuenta, o lo que sea. Él se fija en que le guste, le llegue, le haga sentir o reír. Y luego ya buscará más del autor, tal vez en las redes sociales, y quizás se entere de cómo llegó esa historia a sus manos. 
Pero lo demás, esas diferencias son algo propio de autores, no nos engañemos. Y es algo taaaaaan feo.
A mí, francamente, me hace sentir incómoda. Yo empecé en Amazon y voy a publicar dos historias con dos editoriales distintas. Para mí, aparte de preferencias personales que solo tienen que ver con lo que hay dentro, todas son iguales. En el futuro, a saber qué vendrá, nunca hago planes a largo plazo. Igual soy rara, pero sigo pensando, como he dicho arriba, que los autores somos lo menos importante aquí, igual que el hecho de cómo, dónde y por qué publicamos lo que nos sale de la cabeza.

Y diréis que, como parte del asunto, no puedo ser imparcial, pero da la casualidad de que aquí y en otros sitios he visto volar todo tipo de artillería a cuenta de que solo nos publican por vender, que no hay filtros, entre otras lindezas. Bien, hablando por mí, me gusta pensar que al menos soy correcta, sin ser Shakespeare. Me gustaría pensar también que las personas que decidieron que merecía la pena publicar algo mío creyeron que, aparte de ser guapa, tengo algo de talento. 
No nos engañemos, en cuanto a calidad, se ve de todo tanto entre autopublicados como entre editados por grandes editoriales. Pero no nos olvidemos de lo más importante de todo: esto, ante todo y sobre todo, es un negocio. Tal vez nosotros no lo veamos así, pero aquí nosotros somos los que menos pintamos.

En definitiva, seamos happy flower por una vez y olvidemos estas diferencias. Aquí lo importante son las historias, que son lo que el lector recordará, si acaso. Y así debe ser.