martes, 3 de abril de 2018

SOBRE RULTINIA, PETER, BARBARA Y OTRA GENTE ENCANTADORA...

Queda poco menos de un mes para que Mi digno príncipe se publique y aquí estoy, pensando que debería hablar un poco de ella, a ver si vamos rompiendo un poco la maldición rultiniana.
Y diréis: ¡qué exagerada! Maldición, dice...
Sí, sí... exagerada...
Si yo os contara todo lo que rodea a esta historia, tanto la primera como esta segunda parte, podríais echaros a llorar, no sé si de pena o de risa, pero resumiré algunos de los acontecimientos: peleas editoriales, más peleas editoriales, más peleas, parones de años, amenazas, fenómenos extraños cada vez que empiezo a trabajar, corregir, o nombro Rultinia (caída de estanterías, chubascos en días lluviosos, tazas que se rompen, ordenadores que se estropean), etc, etc...

Pero vamos, que en este mes y pico que queda, espero que no pase nada más (no quiero pensar que quedan unos seis meses para la reedición de la primera parte y todo lo que puede suceder, y que la tercera parte está a la mitad).

Así que vamos a contar algo sobre la historia en sí, que es a lo que iba esta entrada, ejem, no iba sobre romper maldiciones rultinianas ni nada, ejem...

Empecemos, pues, hablando de Peter de Rultinia, ese dulce príncipe juerguista (algunos igual se acuerdan de él yendo de putas y tabernas en Mi honorable caballero). Bien, pues lamento decir que Peter ya no es el que era. Es más... ¿triste, serio, aburrido? No, cómo era... formal. Y es que ahora toca ser rey, aunque su pueblo no se lo pondrá nada difícil. Digamos que le quieren algo... muerto.

Barbara, por su parte, no ha tenido una vida nada fácil. Mientras Peter luchaba (y a ratos se divertía), ella ocultaba un secreto de unos cinco años, ojos azules, pelo rubio y sangre rultiniana llamado Nicholas. Su regreso al hogar no va a ser nada sencillo, tal y como están las cosas en Rultinia, a pocos meses de la coronación.

Aunque no es el protagonista, debo nombrar aquí a Hugh Delancey, alias el Cuervo, el jefe de espías de Peter. Si se hicieran porras de quién es el menos popular en Rultinia, él y el príncipe irían empatados... por el culo. Con una fama terrible, con un sentido del humor igual de negro que su ropa, Hugh será uno de los pocos apoyos de Peter en una época muy complicada. ¡Alerta de secundario que casi se come al protagonista! Ains, Hugh... (ojitos, ojitos)

Veremos por ahí a sir Benedikt y a Cassandra también, tan monos ellos.

Y a los malos...

Y pastelillos de limón...