jueves, 23 de abril de 2015

EL SECRETARIO Y EL DÍA DEL LIBRO...


Alain me mira. Yo finjo no ver que me mira. Pero me mira. Y él sabe que no puedo evitar reaccionar cuando me mira.
Parece mentira que nos conozcamos desde hace ya... prefiero ni pensarlo, y sea incapaz de decirme un "tenemos que hablar". Sería sencillo, y cómodo, y normal. Pero no hay nada normal en Alain Panphile. Si fuera normal, no sería un Panphile, para empezar (y si habéis escuchado hablar de su familia, seguro que estamos todos de acuerdo).
-¿Qué pasa?
Él no responde, así que el asunto debe de ser serio.
-Alainnnnnn... 
No sé si es por la "N" alargada a modo de amenaza, pero funciona. Alain se acerca y se sienta en una esquina de mi escritorio. Está demasiado cerca como para que le acierte bien con la grapadora, y lo sabe. Con el tiempo, ha perfeccionado ese tipo de cosas.
-¿No vas a hacer nada?
Miro a mi alrededor. No hay peligros a la vista, no arde la casa, Lorito no la ha liado en mucho tiempo...
-¿Hacer qué, cuándo, por qué? Y sobre todo, ¿ganaré algo haciéndolo?
Su sonrisa es diminuta. Le encanta cuando me pongo espiritual.
-23 de abril.
Me encojo de hombros. Ahora sé a qué se refiere. Por algún motivo, es habitual (y casi obligatorio), que los autores celebremos ese día regalando libros, promocionando, firmando... en definitiva, cosas de escritores.
-Paso.
Alain enarca una ceja oscura. No parece contento. Pobrecito, él que creía haberme domado al fin, haberme convertido en una autora seria, de las que publican en editoriales de verdad y todo, se topa de vez en cuando con que no he cambiado en absoluto.
-No deberías pasar. Es algo de buen tono.
Mientras habla, mueve las manos como si me diera lecciones. A veces me pregunto qué vi en él para que todavía siga aquí y ni siquiera me plantee la idea de dejarle marchar.
-¿Y cuándo he hecho yo algo solo porque haya que hacerlo y sea "de buen tono"? 
Imito su acento francés, lo cual le hace parecer todavía menos contento. Me temo que esto va a convertirse en una de esas charlas tipo "Las autoras de verdad son serias", "Las autoras de verdad se peinan", o "Las autoras de verdad no hacen lo que les sale del..." (bueno, esta última no la diría jamás Alain Panphile, pero solo imaginarle decirlo ya me hace feliz).
-Podrías ir empezando, petite. Dentro de poco vas a entrar en la edad adulta...
No me puedo creer que haya hecho un chiste con mi mi próximo cumpleaños. Ese maldito...
-Ya que hablamos de mi cumpleaños, espero que ya me hayas comprado algo bonito, o no te lo perdonaré.
De pronto, sonríe. Con "esa" sonrisa.
-Descuida, te gustará...
Se levanta de la mesa y se aleja. Lo tiene todo planeado y calculado al milímetro. Ahora me ha dejado sin defensas, pensando en qué puede consistir mi regalo. Maldito, maldito, maldito.
-Sería bonito hacer algo para el día del libro -dice, antes de salir del despacho.
Cojo la grapadora y la aprieto con cariño, aunque ya no tengo a quién tirársela. Odio pensar que pueda tener razón. 
De todas formas, paso. No voy a hacer nada para el día del libro. 

Nota mental: ¡¡¡Feliz día del libro!!!

martes, 7 de abril de 2015

SOBRE TRABAJAR SIN ESPERAR NADA A CAMBIO...

Que no es lo mismo que trabajar gratis, por cierto.
Cada día veo a gente que anuncia que va a dejar de escribir, que se toma un tiempo de reflexión o que dice que pierde las ganas porque no consigue lo que quiere. Sí, sí, ya sé que ellos no lo dicen con esas palabras, no todos, al menos, pero en el fondo se trata de eso. 

Hace años, muchos, muchos, cuando yo empecé a escribir, lo hacía para mí. Ni siquiera se me había pasado por la cabeza que nadie más pudiera leer lo que hacía. ¿Vender? ¿Firmar con una editorial? No sabéis lo bien que me lo pasaba haciendo lo que me daba la gana, cuando me apetecía, crear las historias que se me cruzaban por la cabeza y poner solo lo que me interesaba, porque eran para mí, no pensadas para nadie más.
Un día surgió esto de Amazon, y me lancé sin pensarlo.
Funcionó. Saqué otras, funcionaron, unas mejor que otras. Llegaron las editoriales, funcionaron... 

Pero ese no es el tema. El tema es ¿para qué escribimos?
Es curioso, pero poca gente dice ya que lo hace por diversión, simplemente, para ellos mismos, pero para ellos mismos de verdad, sin importar si llega a publicarse o no. 
Ahora mucha gente escribe buscando un éxito rápido y, sobre todo, dinero. Dinero hay más bien poco, y eso que yo vendo bastante bien. Desde luego, como para vivir de ello no da. Pero, a pesar de ello, cada día nuevas personas empiezan a escribir una novela y se atreven a publicarla.
Y no digo que tenga nada de malo, pero veo las frustraciones de algunos cuando no "triunfan" como ellos creen merecer. No llega la editorial soñada, no llegan las ventas, no llegan las críticas... Y eso es lo que le pasa a la mayoría de la gente, por desgracia, independientemente de si saben lo que hacen o no. 
Sobre la calidad de lo que se publica, así en general, no voy a hablar. Si uno mismo no se da cuenta de que lo suyo no es bueno, no está bien redactado o existen fallos garrafales, mal vamos, pero eso se le perdona a mucha gente y no pasa nada. De bodrios superventas están llenos los rankings de ventas y nadie hace nada por cambiarlo, aparte de quejarse en los muros de Facebook.

Es importante entrar sabiendo lo que hay. Y lo que hay es mucho trabajo a cambio de nada, o de muy poco. No hay que crearse unas expectativas basadas en lo bueno que dicen tus amigos que eres. Hasta los buenos se dan el batacazo. Hay cosas terribles que venden, pero no todo lo terrible lo hace. Mientras nadie invente la fórmula mágica, no sabremos por qué unos venden y otros no, a pesar de la calidad o falta de ella de sus obras.
Yo siempre digo que no espero nunca nada y así a veces me sorprendo para bien. Sigo escribiendo lo que me apetece, sin pensar en los lectores (sí, que lo sepáis, no pienso en vosotros jajaja). Básicamente, unas veces gusta más y otras menos, y a veces gusta lo más inesperado y lo "mejor" no gusta tanto, pero es algo que hay que asumir una vez que dejas que te lean.
Lo importante es que sigo haciéndolo por diversión, para probar cosas distintas, para mejorar (y se mejora, a base de escribir mucho y leer y escuchar buenos consejos). Nunca he escrito por dinero ni por méritos. Si fuera así, pondría un post en mi muro anunciando mi retirada.

Reivindico (sí, así de fuerte) volver a escribir como cuando éramos jóvenes y guapos, cuando solo escribíamos lo que nos pasaba por la cabeza, sin más, sin pensar en la gloria y la fama (ejem). Seguro que alguien lo recuerda. Desde luego, creo que no hay nada como escribir sin presión y solo lo que te gusta y como te gusta. 
Si yo me considerara escritora, lo haría pensado en que un escritor de verdad es el que lo hace por placer, no el que lo hace por dinero. 
Recordarlo de vez en cuando es bueno.

Nota mental: Alain se está dando de cabezazos contra un muro ahora mismo. Ese muro es mi espalda. Pobrecito Alain, no sabe que yo jamás seré una autora seria...