domingo, 25 de agosto de 2013

EL SECRETARIO 9: LA LLAMADA

Yo había decidido tomármelo con calma... Pero estaréis de acuerdo conmigo en que a veces, sencillamente, no se puede.
Me había convencido a mí misma de que lo mejor sería esperar y vigilar en silencio a que algo sucediera, algo que confirmase mis sospechas. No puedo echarle así como así, porque primero sería un despido improcedente, con todo lo que eso conlleva, y segundo porque igual es inocente.
¡No os riáis!
¡Todo el mundo merece el beneficio de la duda!
Vale que es un pedante, un manipulador, un estirado, un chantajista, y a saber cuántas cosas más... pero trabaja taaaan bien (eso no se le puede negar): pulcro, cuidadoso hasta el asco, despiadado (a veces hace falta serlo, es así), y bueno, educado, eso tampoco está mal.
La llamada de teléfono se llevó por tierra toda mi serena calma, y es que mi paciencia y mi ánimo civilizado tiene un límite, sobre todo cuando llama...
-¿Alain, querido?
La voz, empalagosa, con un acento que rezumaba azúcar y otras sustancias menos dulces pero igualmente pegajosas, me estremeció en cuanto levanté el auricular.
-Ha salido -respondí, quizás más seca de lo que hubiera pretendido, pero es que no puedo, no puedo, NO PUEDO  con ella.
-¡Ohhhh, qué lástima! -respondió mi Archi, pues era ella, cómo no. Pude imaginármela, haciendo un puchero, tirada en un diván color rosa chicle, hinchándose a bombones, algo que no le hacía bien a su también hinchado trasero-. ¿Volverá pronto?
-No sabría decirte. Le diré que te llame -dije, tratando de cortar por lo sano, antes de que me diera una hipoglucemia o me reventara la vena del cuello.
Pero ella tenía otros planes. Su tono cambió de pronto, perdiendo parte (o toda) su dulzura.
-¿Qué tal te va todo, pequeña? No me castigues mucho con tus cositas a mi Alain, que lo quiero de regreso sano y salvo.
Mi mano colgó el teléfono antes de saber lo que estaba haciendo. Lo que más me fastidiaba era que sabía que en ese momento la muy capulla tendría una sonrisa de triunfo en su rostro de superestrella y yo me quería subir por las paredes de rabia mientras lo que había querido decir me reventaba en la cabeza.
-No te preocupes, querida -murmuré para mí con los dientes apretados-, la única marca que le dejaré será la marca de mi zapatito en su lindo trasero.

6 comentarios:

  1. lindo trasero eh..esto acaba con besos apasionados ;)

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  2. Jajaja, pues no sé qué decirte... si no acaba en asesinato, igual sí, a saber!!

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  3. ¿Sólo una patada en el trasero? Una escritora como tú debería ser más creativa jejejejejejeje ¿que tal una sesión bondage contigo como mistress?

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  4. Y dale... Os empeñáis en ver cosas donde no las hay. ¿Dónde veis tensión sexual entre Alain y yo? ¿Dónde? jajaja

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  5. Ya sabes que en mi caso... Buen, un muso tambien se puede enamorar o no? Pero no creo que vaya por ahí. AUnque bueno, que una mythfreak ve mitos y cosas sobrenaturales por todos lados... Sigo a ver que.
    Por cierto, la imagen de la Archi es GENIAL, jajaja

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  6. A ti la Archi te parecerá genial porque no te amarga la existencia como a mí!!! esa maldita!!!

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