sábado, 15 de marzo de 2014

EL SECRETARIO: EL VIAJE (V)

No sé si me quedé en estado de shock o si simplemente flipaba en colores, pero cuando Alain me abrazó por detrás pegué un salto. Ni siquiera le había oído entrar en la ratonera.
-Lo siento -murmuró a mi oído-. Creo que leer tanta romántica me hizo pensar que las cosas podían ser de otra forma.
No tuve más remedio que reírme. Alain a veces era tan… ¡¡monoooo!!
-No sé cómo pudiste pensar que una fan de Alexia podría aceptarme.
Suspiró contra mi pelo. Si había alguien para el que todo aquello era complicado, era él.
Decidí ser magnánima y perdonarle. Al fin y al cabo, era lógico que quisiera que su madre y su chica se llevaran bien.
-En el fondo eres un romántico, mon petit chou -dije, girándome para mirarle.
Alain Panphile parecía cansado. Y un poco desesperado también. Pero sonrió ante mis palabras, y sentí que sería capaz de cualquier cosa (o casi, tampoco nos pasemos) para que me sonriera así cada día.
-Si quieres, podemos irnos…
Negué con la cabeza. Aquello era importante para él, y yo haría al menos el intento de que todo fuera bien esos días. Que no fuera por no intentarlo al menos.
-No. Me tomaré como un reto que tu madre me aprecie. Ya sabes que me encantan los retos.
Alain no pareció demasiado convencido, tal vez porque notaba que yo tampoco lo estaba del todo.
Enarcó una ceja y me regaló una de sus sonrisas.
-¿Lo harás por mí? -preguntó en tono burlón.
-No, querido, es que me va la marcha.
De ese modo comenzó mi campaña por conquistar a Marie Panphile.

No sería fácil, no sería agradable, ni siquiera estaba segura de conseguirlo, pero merecía la pena intentarlo.

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