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domingo, 24 de marzo de 2013

SOBRE EL SEXO Y ESO...


Vírgenes que no se asustan al ver una cámara de torturas sexuales, chicas a las que nunca han besado pero que en su primer polvo se desvelan como mujeres que conocen todas las artes amatorias y encima son multiorgásmicas, orgasmos simultáneos que te hacer ver las estrellas, el lado oculto de la luna e incluso el cometa Halley...
 
En los últimos tiempos estamos asistiendo a un resurgir de la literatura calentorra que quizás sorprenda a más de uno. Pero no nos engañemos, esto no es nuevo, en las novelas románticas siempre ha habido sexo más o menos explícito y no se le llamaba "literatura erótica". Porque algunas de las novelas que venden como tal no lo son, por mucho que apenas tengan otro argumento que escenas de cama (quien dice cama dice ducha/suelo/chimenea/mesa de la cocina/etc) hiladas una tras otra.
 
No es que me considere una puritana precisamente, pero empiezo a estar cansada de tanto libro similar. De hecho, son tan similares entre sí en todo que hasta las portadas son casi idénticas. Por no hablar de que la imagen que transmiten, en general con protagonistas masculinos dominantes y atormentados y mujeres sumisas que van de rebeldes que al final los encarrilan por el buen camino. Esto, reconozcámoslo, no deja de ser la imagen más carca de las viejas novelas románticas más rancias, y que ya parecía superada.
Y en cuanto a las escenas de sexo en sí... ni inventan nada nuevo ni son especialmente eróticas en algunas ocasiones, las hay que incluso rozan el ridículo en cuanto a lenguaje y situaciones inverosímiles.
 
En definitiva, yo creo que nos hallamos ante una moda más, como lo fue la de los vampiros enamorados o la de los ángeles... solo que ahora los vampiros y los ángeles (o el rico empresario irresistible) se pasan toda la novela en posición horizontal y muy cachondos.
Como no se puede generalizar, supongo que habrá cosas buenas entre todas las novelas de ese género que se publican al día, pero es triste que las mujeres consideren eróticas ciertas cosas que realmente no lo son.

Por eso, escenas de sexo sí, divertidas, calientes, excitantes... pero creíbles, frescas e incluso acrobáticas. Y recordar también que no es necesario que haya sexo para que haya amor. Hay historias maravillosas en las que no hay escenas de cama. Forzar una escena erótica durante páginas y páginas sin que venga a cuento es casi peor que no ponerla cuando la novela la pide a gritos.

 
Nota mental: sí... ya he dicho alguna vez que soy rara... igual tenía que haberme callado, fingir que me gusta lo que a todo el mundo... jajaja. Pero en fin, qué le voy a hacer.