miércoles, 10 de septiembre de 2014

SOBRE ESCRIBIR, PUBLICAR, Y OTROS SUCESOS PARANORMALES

En estos últimos tiempos de crisis, no solo monetaria, sino editorial, Amazon fue la oportunidad para mucha gente que escribía en sus ratos libres y cuyo sueño era, cómo no, llegar a ver su libro publicado por una editorial "de las de verdad". Llegaron, cayeron en gracia, vendieron y, por lo que sea, tras varias negativas, de pronto... ¡sorpresa! fueron fichados, sus novelas compradas, y sus libros finalmente publicados. Aunque no era mi sueño a pesar de escribir desde hace muchos años, es lo que me ha ocurrido a mí, así que supongo que puedo considerarme parte de este asunto y hablar de ello con propiedad. 
Mientras tanto, había gente que lo conseguía a la manera tradicional, sin este paso previo. Supongo que agente por medio o no, mandaron sus manuscritos a editoriales, pasaron por el filtro adecuado y sus libros fueron publicados.

Aunque parezca absurdo, hay gente que considera a estos dos tipos de autores de forma distinta. Y no, no son los lectores, que muchas veces no saben ni cómo llega la historia a sus manos, sino que son los propios autores los que hacen la diferencia, como si el hecho de haber autopublicado y haber fichado "solo" por haber sido superventas antes fuera una especie de estigma. De hecho, ni siquiera se considera que su obra pueda tener calidad (quién sabe, igual la tiene. Digo yo que alguna medio decente habrá).

En todo caso, esta entrada no trata de medir la calidad de las novelas ni los autores autopublicados ni de editorial, sino de las diferencias entre ellos. 
Yo siempre he pensado que, en todo esto de la literatura, deberíamos ser más como los lectores: fijémonos en la historia, que es lo importante. A un lector le da igual cómo llega a sus manos, si es de la editorial A, B o C, si es de alguien que la sacó por su cuenta, o lo que sea. Él se fija en que le guste, le llegue, le haga sentir o reír. Y luego ya buscará más del autor, tal vez en las redes sociales, y quizás se entere de cómo llegó esa historia a sus manos. 
Pero lo demás, esas diferencias son algo propio de autores, no nos engañemos. Y es algo taaaaaan feo.
A mí, francamente, me hace sentir incómoda. Yo empecé en Amazon y voy a publicar dos historias con dos editoriales distintas. Para mí, aparte de preferencias personales que solo tienen que ver con lo que hay dentro, todas son iguales. En el futuro, a saber qué vendrá, nunca hago planes a largo plazo. Igual soy rara, pero sigo pensando, como he dicho arriba, que los autores somos lo menos importante aquí, igual que el hecho de cómo, dónde y por qué publicamos lo que nos sale de la cabeza.

Y diréis que, como parte del asunto, no puedo ser imparcial, pero da la casualidad de que aquí y en otros sitios he visto volar todo tipo de artillería a cuenta de que solo nos publican por vender, que no hay filtros, entre otras lindezas. Bien, hablando por mí, me gusta pensar que al menos soy correcta, sin ser Shakespeare. Me gustaría pensar también que las personas que decidieron que merecía la pena publicar algo mío creyeron que, aparte de ser guapa, tengo algo de talento. 
No nos engañemos, en cuanto a calidad, se ve de todo tanto entre autopublicados como entre editados por grandes editoriales. Pero no nos olvidemos de lo más importante de todo: esto, ante todo y sobre todo, es un negocio. Tal vez nosotros no lo veamos así, pero aquí nosotros somos los que menos pintamos.

En definitiva, seamos happy flower por una vez y olvidemos estas diferencias. Aquí lo importante son las historias, que son lo que el lector recordará, si acaso. Y así debe ser.

2 comentarios:

  1. Bueno, Arwen, aquí unas que han estado en el otro grupo que nombras.
    Y es que los autores/as somos nuestros propios enemigos (sin contar con el del resto de los que hay pululando por ahí, que son muchísimos).
    No nos vamos a extender porque, bajo nuestra óptica personal, quien hace diferenciaciones de estas y otras tantas tonterías, a buen seguro que se siente amenazado (de ti sobre todo, por lo guapa que eres, vamos).
    No obstante, la única diferencia entre los dos grupos (o sea, cojamos el ejemplo más cercano: tú y nosotras) es la cantidad que libros que has autopublicado sin tener que esperar (siempre ese dichoso verbo), a que alguien lo haga por ti.

    En fin, que cuanto menos envidias y odios, más tranquilidad; y por ende, más felicidad.

    Dediquémonos a escribir más y a disfrutar del placer de saber que alguien ha terminado tu historia con una bonita sonrisa.

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  2. A mí lo que me molesta es que se cuestiona la calidad de primeras, considerando a priori que todo lo de editorial es necesariamente bueno. A veces dan muchas ganas de hablar jajaja.
    Por otra parte, es obvio que se sientan amenazados por mi apabullante belleza y carisma. Hasta yo me asusto a veces jajaja.
    Desde luego, hay que tomarse menos en serio, señores!!! Que esto no es una carrera ni una competición! ! Aunque igual soy tan rara que soy la única que solo escribe pir diversión y sigue sin preocuparse por si la leen o no, vomo hasta no hace tanto. ..

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